La UE aprueba la entrada de Rumanía y Bulgaria en Schengen

Rumanía y Bulgaria se sumarán al espacio Schengen con sus fronteras terrestres a partir del 1 de enero de 2025. Esto significa que Rumanía pasará a ser un Estado miembro de pleno derecho del área europea de libre circulación, de modo que los ciudadanos rumanos podrán viajar por carretera al extranjero sin tener que pasar largas horas en la aduana.
Además, el retorno a casa de los rumanos que trabajan o estudian en el exterior será más sencillo. También habrá beneficios económicos, ya que el comercio con otros países europeos se agilizará sustancialmente.
Controles fronterizos terrestres durante al menos seis meses
Aunque Rumanía dispondrá de todos los derechos propios de un Estado Schengen desde el 1 de enero de 2025, los controles fronterizos terrestres en las fronteras entre Hungría y Rumanía, así como entre Rumanía y Bulgaria, se mantendrán inicialmente durante al menos seis meses. Esta decisión, tomada de común acuerdo entre Austria, Rumanía, Bulgaria y la presidencia húngara del Consejo de la UE el pasado mes de noviembre, se basa en el Artículo 25a (4) y (5) del Código de Fronteras Schengen.
El objetivo de este periodo transitorio es mitigar cualquier cambio repentino en los flujos migratorios resultante de la eliminación de los controles en las fronteras internas, así como prevenir cualquier amenaza grave contra el orden público o la seguridad interior. Por este motivo, a pesar de la plena adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen, se aplicarán controles temporales en las fronteras terrestres con Hungría y Bulgaria.
Beneficios para los ciudadanos y la economía
Según las autoridades rumanas, la adhesión a Schengen implica la eliminación de los controles en las fronteras internas entre los Estados miembros que ya aplican íntegramente el acervo de Schengen. Esto crea una única frontera exterior y unas normas comunes en materia de visados, migración, asilo y cooperación policial, judicial y aduanera.
Para los ciudadanos, el efecto es comparable a viajar dentro del propio país, sin controles fronterizos. Esto beneficiará a quienes viajen por avión, tren, autobús o coche particular. Por ejemplo, quienes tomen vuelos dentro del espacio Schengen ya no deberán pasar por controles de pasaporte. A partir del 1 de enero de 2025, se eliminarán los tiempos de espera en los puntos fronterizos terrestres con Hungría, Bulgaria y Grecia, reduciendo significativamente las colas en carretera, especialmente para el transporte de mercancías, con el consiguiente ahorro de tiempo y costes.
Libre circulación
En el ámbito del transporte aéreo, la eliminación de controles supone que los vuelos dentro del espacio Schengen serán similares a los vuelos domésticos. A largo plazo, las infraestructuras aduaneras terrestres se desmantelarán, de modo que atravesar las fronteras internas será tan sencillo como moverse por el propio territorio nacional.
A partir de 2025, los ciudadanos rumanos podrán viajar por carretera al extranjero sin perder horas en la frontera. Además, quienes regresan al país desde el extranjero por motivos laborales o de estudio verán simplificado su trayecto. Las cifras reflejan la magnitud del cambio: más de 25 millones de viajeros y más de 11 millones de vehículos cruzaron las fronteras de Rumanía con Bulgaria y Hungría el año pasado, y a partir de ahora no perderán tiempo en las aduanas.
Controles selectivos en lugar de controles sistemáticos
El ministro del Interior rumano, Cătălin Predoiu, explicó que los controles seguirán realizándose de manera aleatoria y basados en el riesgo, en sintonía con lo que ya ocurre entre otros países del área Schengen (por ejemplo, entre Hungría y Austria o entre Alemania y Austria). Esto significa que los extensos tiempos de espera actuales desaparecerán. Los transportes que presenten irregularidades seguirán estando sujetos a controles, pero ya no habrá inspecciones sistemáticas para todos los vehículos.
La adhesión a Schengen también generará importantes beneficios económicos, estimados en varios miles de millones de euros anuales para Rumanía, a la vez que proporciona mayor comodidad para los ciudadanos al eliminar las demoras en las fronteras interiores.
¿Qué es el espacio Schengen?
El espacio Schengen es uno de los logros más importantes del proyecto europeo. Iniciado en 1985, comenzó como un acuerdo intergubernamental entre cinco países de la UE (Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) y se ha ido ampliando gradualmente hasta convertirse en la zona de libre circulación más grande del mundo.
Actualmente, el espacio Schengen cubre más de 4 millones de kilómetros cuadrados, con cerca de 420 millones de habitantes. Incluye a 27 países: 23 Estados miembros de la UE y los cuatro Estados de la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza). Croacia se incorporó el 1 de enero de 2023, y Rumanía y Bulgaria lo harán el 1 de enero de 2025. Las fronteras internas con Chipre aún no se han eliminado, e Irlanda no forma parte del espacio Schengen.
Ventajas y posibles riesgos
El espacio Schengen permite a más de 400 millones de personas viajar libremente entre los países miembros sin controles fronterizos internos, lo que facilita enormemente los desplazamientos por motivos laborales, de estudio o turismo. Cada año se realizan aproximadamente 1.250 millones de viajes dentro del área Schengen, lo que refuerza el turismo, la cultura, la economía y la cohesión europea.
Sin embargo, la eliminación de controles también puede conllevar riesgos, como el aumento de la criminalidad, el tráfico de personas y la inmigración ilegal. Para contrarrestar estos peligros, existe el Sistema de Información Schengen, que facilita el intercambio de datos entre fuerzas policiales y aduaneras, así como la vigilancia y la persecución transfronteriza de delincuentes. Además, un conjunto de normas protege los datos personales de los ciudadanos.
A pesar de los posibles desafíos, la adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen se considera un paso importante para reforzar la integración europea, agilizar los intercambios comerciales y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, consolidando así uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea.